Editorial: Un fenómeno multicausal

Por: ACERA

Los negativos efectos de un sistema de transmisión que sufre retrasos en la gestión y otorgamiento de permisos del territorio, y que no cuenta con una planificación con holguras, ha sido una materia de permanente preocupación para ACERA, especialmente después de que en el estudio realizado en 2014 “Imaginando un Chile Sustentable – Cinco Hallazgos sobre el Futuro del Sistema Eléctrico y Energético Chileno”, una de sus principales conclusiones ya vaticinaba que: “Los costos de integración para la alta penetración de energías renovables intermitentes se triplican si la expansión de transmisión se ve obstaculizada”. 

La incorporación de las holguras en la Ley N° 20.936, por las que ACERA abogó firmemente, fue una muy buena noticia para el sector, aunque en los procesos de tarificación posteriores a la nueva ley, esas holguras fueron subestimadas o simplemente ignoradas.

Lo que ocurre actualmente en el mercado eléctrico nacional es un fenómeno cuya explicación no tiene una sola causa, y por ello requiere de un trabajo que apunte a una solicitud sistémica: más inversión en renovables, almacenamiento y transmisión para dar base realista a la aceleración en el retiro de fósiles del sector eléctrico nacional.

Por una parte, está la llamada “canibalización de precios” en el mercado mayorista con remuneración a costo marginal, donde el aumento de cantidad de energías renovables a determinadas horas, reduce el costo marginal en esos periodos, efecto que se acentúa cuando aumenta el porcentaje de penetración de dichas energías con costo variable cero.

Por otra, las restricciones de transmisión causan que el sistema se desacople en zonas en donde el fenómeno anterior se da con mayor fuerza debido a que existe una mayor proporción de capacidad renovable instalada.

Con respecto a la aplicación del criterio de seguridad del sistema eléctrico que hace el Coordinador Eléctrico, aún no se han agotado todas las posibilidades de, por ejemplo, incentivar mediante reconocimientos ad-hoc la flexibilidad que el sistema requiere así como mejorar la de las centrales termoeléctricas, o de incorporar “automatismos” que aumenten la capacidad útil del sistema de transmisión sin afectar su seguridad para mayores transferencias de energías renovables.

Por lo visto, urge entonces implementar medidas correctivas, concretas y efectivas, que moderen los efectos negativos de las condiciones actuales antes descritas, en el marco de una estricta observancia de la regulación sectorial, pero manteniendo la firme convicción de que es necesario aumentar la penetración de las energías renovables y del almacenamiento en el sistema eléctrico nacional. Esto último, acorde a nuestros compromisos de descarbonización, contenidos tanto en el acuerdo suscrito en 2019 entre empresas propietarias del carbón y el Estado de Chile, como  en las NDC comprometidas para los objetivos de carbono neutralidad, en un contexto de grave preocupación climática que persiste y que el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró en su mensaje al cierre de la COP27.