Durante la COP22, realizada en DAS en noviembre del 2016, los países participantes se pusieron como meta subir un máximo de 1,5 *C la temperatura de la tierra. «Hoy estamos en 1,1 grados respecto de la era pre industrial», destacó el ex ministro de Obras Públicas Eduardo Bitrán.

El economista e investigador fue junto a Juan Carlos Jobet, ex titular de las carteras de Minería y Energía y actual decano de la escuela de negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, uno de los expositores del bloque «Acceso al progreso», del Congreso Futuro.

Nuestro país tiene ventajas geográficas insuperables, según expusieron los ex ministros Juan Carlos Jobet y Eduardo Bitrán.

Ambos coincidieron en sus charlas que el calentamiento global avanza con tanta rapidez que es urgente detenerlo. «Si no hacemos algo la proyección es que la temperatura subirá tres grados. Es el peligro más sustancial para la humanidad. El principal desafío que tenemos es cómo logramos sacar a la gente de la pobreza en los países más pobres del mundo, lo que requiere consumo energético, sin seguir aumentando las emisiones de contaminantes», dijo Jobet.

Pese a lo dramático que suena, la situación puede prevenirse a tiempo e incluso revertir a favor. «La transición energética global nos puede generar una oportunidad única e impensada. En la COP28 (Dubái, noviembre del año pasado) los países se comprometieron a reducir significativamente los combustibles fósiles. A partir del 2035 la Unión Europea va a partir del 2035 la Unión Europea va a  dejar de vender vehículos de combustión interna», precisó Bitrán.

Chile lidera

En este escenario, Chile asoma con muchas ventajas señaló Juan Carlos Jobet. «Estamos en una posición inmejorable. Primer atributo: tenemos la mejor radiación solar del mundo, gracias al desierto de Atacama, el más árido del planeta. Mientras que en la Patagonia contamos con los vientos más intensos y persistentes del planeta. Es decir, podemos producir electricidad renovable al costo más bajo del mundo con paneles solares».

El segundo atributo lo da la cercanía de las energías renovables con distintos puertos del país. La tercera ventaja viene de la mano del hidrógeno. «Hay consenso en que será clave para electrificar algunos sectores de la economía mundial, donde es muy difícil reemplazar los combustibles con energías renovables y limpias, como el transporte pesado terrestre, naviero y en aviación; como también en la producción de cemento, acero y fertilizantes».

El hidrógeno es el elemento natural más abundante del universo, continuó Jobet, aunque necesita gas para funcionar. «La alternativa es el hidrógeno verde, que se produce rompiendo la molécula de agua: cuando se separa el HO2 del oxígeno».

¿Qué tiene que ver nuestro país? «Simple. El proceso para romper la molécula del agua se llama electrólisis y requiere muchísima electricidad. Podemos producirlo a bajo costo. La demanda va a crecer aceleradamente. Nosotros ya lanzamos nuestra estrategia nacional y es importante seguir avanzando».

Cobre y litio

En el proceso de electrificación, agregó Eduardo Bitrán, Chile tiene otras ventajas: «La clave para avanzar en la descarbonización es el desarrollo de las energías renovables que nos permite cambiar la matriz eléctrica.

Una serie de procesos productivos, que hoy utilizan combustibles fósiles, pueden electrificarse para reducir la emisión de gases de efectos invernadero».

La ventaja para nuestro país es que este proceso tendrá un gran impacto en los llamados minerales críticos. «El cobre con que se fabrican las redes eléctricas, el litio necesario para fabricar baterías. Chile tiene la mayor reserva y producción de cobre en el mundo, la mayor reserva y segundo lugar en producción de litio», agregó Bitrán.

La transformación, según cifras entregadas por el ex ministro de Obras Públicas, permitirá aumentar la demanda mundial de cobre de 24 millones de toneladas a 33 millones el año 2032. El litio, que actualmente demanda un millón de toneladas, va a duplicar su necesidad de aquí a seis años.

Fuente: Las Últimas Noticias