[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» google_fonts=»font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» text=»Piden metas más ambiciosas para las energías renovables y la descarbonización» font_size=»lg:32″][vc_column_text]

La Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento detalló que la meta del 20% de ERNC al 2025 se cumplió 5 años antes, mientras que la meta de 70% al 2050, probablemente se cumpla cerca de 2030.

Chile se impuso la meta que al 2025 el 20% de su matriz energética fuera en base a energías limpias, objetivo que superó ya en 2020 que cerró con una participación anual de un 26,57%, de acuerdo a un reporte del Coordinador Eléctrico Nacional. Otras metas, como la de la descarbonización proyectada para 2050, ya son consideradas insuficientes.

El director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Darío Morales, consultado sobre si considera que es necesario ajustar la mira en estas materias, dijo que «absolutamente», pues «el proceso de ponernos metas no sólo sirve para guiar los esfuerzos del sector público y privado en una dirección concreta, sino que también nos ayuda a aprender en el desarrollo de políticas públicas».
La meta importa

En este sentido, el Doctor en Ingeniería Eléctrica especificó que la meta del 20% de energías renovables no convencionales (ERNC) al 2025 se cumplió 5 años antes, mientras que la meta de un 70% de energías renovables al 2050, que fue fijada en 2015, probablemente se cumpla cerca del año 2030.

En términos de capacidad instalada, el 2020 finalizó con un 27,5% de centrales ERNC y en términos de energía, representaron un 22% de la energía eléctrica producida, precisó el ejecutivo de Acera.

«Así podemos ver que el desarrollo de la industria ha ido bastante más rápido de lo que lo ha hecho la política pública y la regulación. En este sentido es fundamental que las nuevas metas que nos pongamos se basen en análisis rigurosos que nos permitan ponderar adecuadamente sus costos y beneficios», complementó Morales.
Más ambiciosos

Para el director ejecutivo de Solek Chile, Víctor Opazo, empresa que ha desarrollado proyectos de ERNC en Chile y el extranjero, «Chile definitivamente es líder a nivel mundial respecto a ir cambiando su matriz energética y esto es debido, básicamente, al marco regulatorio que rige respecto a los precios de energía, y las garantías que hay respecto de poder invertir, vemos una gran inversión extranjera y en particular en los proyectos solares y eólicos».

«Mi visión, agregó el ejecutivo, es que estas metas las vamos a superar no solamente porque sean decretadas por el Estado, sino más que nada porque hoy están condiciones que el país tiene, solar en el norte y eólico en el sur, y por la estabilidad que tenemos a nivel normativo, regulatorio, creo que estas metas se irán cumpliendo de manera automática».

Respecto de las metas que se plantea Chile en materia energética y de transición, Opazo dijo que «resultados como el observado en el cierre del año 2020 confirman que la industria de las energías limpias es muy dinámica y tiene por delante un amplio terreno para seguir desarrollándose. Haber superado el 20% de participación es el fruto de un tremendo trabajo de toda la industria, pero también es una fotografía que seguirá cambiando».

En ese sentido, añadió, «debiera establecerse una nueva meta mucho más ambiciosa, que empuje a continuar con las inversiones de la mano de un marco regulatorio claro y que apunte no solo a generar energía eléctrica, sino que también a desarrollar oportunidades estratégicas, como el hidrógeno verde, sobre el cual existen muy altas expectativas».
Más barato del mundo

Sobre el potencial que tiene el país, considerando la creciente producción de energías renovables no convencionales, de ser líder mundial en la generación de hidrógeno verde (que ya tiene una Estrategia Nacional al año 2030), el director dijo que «Chile tiene una oportunidad tremenda con el hidrógeno verde, porque uno de los grandes costos de su producción es la energía eléctrica y la más barata del mundo la podemos producir en el norte de Chile, en la región de Antofagasta por ejemplo, entonces deberíamos ser capaces de producir el hidrógeno más barato del mundo».

Fuente: El Mercurio de Antofagasta[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]