[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» google_fonts=»font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» text=»Opinión – Chile: Oportunidades y desafíos energéticos» font_size=»lg:32″][vc_column_text]
Columna de Luis Ljubetic, Consejero de ACERA A.G.
El mercado eléctrico chileno ha tenido cambios sustanciales en los últimos 20 años, pero más aceleradamente en los últimos cinco, con la incorporación masiva de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) a nuestra matriz de generación eléctrica. Una muestra de lo anterior ha sido el cambio de paradigma de los grandes actores del sector, quienes han ido transitando desde una matriz hidro-térmica para su desarrollo futuro a una basada totalmente en energías renovables. Este cambio no es una casualidad ni una moda, sino que un efecto más del avance en estas tecnologías, sobre todo la solar, que permite generar energía a precios muy competitivos, con impactos ambientales limitados y casi sin requerir agua, recurso que se nos está haciendo más esquivo en la zona centro norte de nuestro país.
Para que las ERNC puedan reemplazar a todas las otras fuentes de generación aún está pendiente resolver su disponibilidad las 24 horas del día debido a la variabilidad de las fuentes eólicas y solares fotovoltaicas. Se espera que esta característica de dichas fuentes tenga una solución técnico-económica en los próximos años por medio de la incorporación de sistemas de almacenamiento y luego, en el largo plazo, con la adopción del hidrógeno verde. Resuelto el tema de la disponibilidad, la matriz energética de Chile volverá a cambiar de forma drástica y rápida. Lo anterior permitirá que la electricidad reemplace a otras fuentes energéticas en diferentes procesos productivos, en el transporte terrestre tanto de carga como de pasajeros y en las viviendas. Este avance permitirá que el país disminuya las emisiones a la atmósfera en forma sustancial y ahorrar millones de dólares cada año en divisas, al reducir la compra de combustibles (petróleo, gas y carbón) al extranjero.
Por otra parte, hemos visto cómo se han ido haciendo cada vez más engorrosos los trámites de nuevos proyectos de generación tanto en el tema ambiental, de conexión eléctrica y permisos sectoriales, extendiendo los plazos para la obtención de estos permisos en forma innecesaria, provocando ineficiencias y costos adicionales para el desarrollador y el mismo país. Esta situación se ha agravado desde el 18 de octubre de 2019 y, después, con la llegada del Covid-19 y las constantes cuarentenas desde marzo de 2020. Seguir avanzando en la limpieza de la matriz energética es nuestro desafío actual, para lo cual una simplificación de los permisos y disminución de los plazos podría dar un impulso renovado a inversiones futuras en este sector.
La infraestructura legal, social y política es determinante para que podamos seguir avanzando en la transformación hacia una sociedad más limpia, justa y amigable con el medio ambiente. En estos momentos ya contamos con la tecnología, el conocimiento técnico y la disponibilidad de capital, ahora debemos eliminar las barreras pendientes y seguir así avanzando hacia un Chile 100% Renovable.
Fuente: Reporte Sostenible[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]