[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» google_fonts=»font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» text=»La diversificación e interrelación de las fuentes de la matriz energética chilena» font_size=»lg:32″][vc_column_text]
Desde un punto de vista histórico, el estudio plantea la necesidad de maximizar los ámbitos del sector para dejar de depender de recursos tradicionales como el carbón y el petróleo.
En medio de la lucha por el cambio climático y la intención de los países de descarbonizar, la composición de la matriz energética de cada nación se ha puesto sobre la mesa.
Ello llevó a Gustavo Blanco-Wells, Mauricio Folchi y Stefan Meier a profundizar sobre el tema en nuestro país, mediante el estudio Definiciones tecno-políticas en la configuración de la matriz energética chilena durante el siglo XX. La investigación plantea, desde un punto de vista histórico, cómo se ha diversificado la estructura de esta matriz dando paso a las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
Sin embargo, los autores postulan como una paradoja que se sigan primando fuentes tradicionales como el carbón y el petróleo.
‘El cambio climático como fenómeno socio-político supone acciones concretas para la descarbonización de las economías y un impulso decidido a las ERNC’, dice el texto impulsado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y apoyado por el Núcleo Milenio en Energía y Sociedad (Numies), el Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia, y el Centro Ideal.
‘Queríamos entender cómo distintas formas de transición energética -particularmente la que estamos enfrentando en la actualidad con el recambio de matriz de combustibles fósiles-, nos acercan hacia las ERNC’, dijo Blanco-Wells a DF.
El además profesor asociado de la Universidad Austral de Chile explicó que la mirada desde la interrelación de las fuentes arrojó que ‘el auge o el declive de las distintas matrices justamente ha dependido no sólo de factores propios –en relación a la producción o disponibilidad del carbón, el petróleo y la electricidad-, sino también de decisiones que tienen que ver con su interdependencia’.
En esa línea, Blanco-Wells dijo que este caída en los recursos abre la puerta a que ‘el mundo de la élite tecno-política’ tome decisiones para la promoción de otras energías.
Perspectiva renovable En entrevista con DF, el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y director ejecutivo de la consultora Systep, Hugh Rudnick, explicó que Chile ha pasado de una matriz energética ‘muy concentrada, a una de mayor diversificación’. Rudnick comentó que desde el Siglo XX -cuando el carbón, el petróleo y la hidroelectricidad representaban casi el 80% de la energía- se ha abierto paso a un crecimiento importante de las ERNC.
‘Han destacado la energía solar fotovoltaica y la energía eólica, con enormes recursos disponibles a lo largo del país y con un gran potencial de crecimiento, dado sus costos de inversión competitivos’, dijo.
En la actualidad, explicó, el crecimiento del sistema energético chileno se basa en el impulso de estas energías limpias, sumado a una descarbonización de la matriz termoeléctrica y a la llegada del gas natural argentino. ‘Paulatinamente, se está abandonando el uso del carbón, utilizando el petróleo sólo para generación de punta’, agregó.
Ambos expertos tienen claros los desafíos en la materia. Blanco-Wells apuntó a que se debe entender que se está avanzando de lleno hacia las ERNC, ‘a un ritmo mucho más rápido del que todos pensaban, gracias a la contribución del mundo de la inversión y de las políticas públicas que han sido favorables a ello’.
Y, por otro lado, la escala de los proyectos ‘que se está volviendo problemática, porque se desconecta de la relación entre la producción y el consumo’. Rudnick, en tanto, planteó que se debe ‘lograr una mayor flexibilidad de la matriz para enfrentar el crecimiento de las ERNCs (y poder enfrentar la abrupta reducción vespertina de la energía solar), continuar descarbonizando la matriz térmica y contribuir a reducir el cambio climático.
Pero, sobre todo, lograr mantener un mercado competitivo en la generación eléctrica, lo que se ve factible dadas las notables reducciones de costos de inversión de las ERNC.
Fuente: Diario Financiero[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]