[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» text=»La cita de cambio climático de la ONU preparará el ánimo para la COP25″ font_size=»lg:32″][vc_column_text]

Tras el llamado del Secretario General de Naciones Unidas para aumentar la ambición de los países en la lucha contra el calentamiento global, se espera que los presidentes se comprometan con la carbono-neutralidad o huella de carbono cero. Las expectativas son grandes, pero el resultado es incierto.

Los incendios en la Amazonía, la polémica de Donald Trump con el servicio meteorológico de Estados Unidos por el huracán Dorian, la destrucción de Bahamas, perros de trineo corriendo sobre varios centímetros de agua en vez de nieve en Groenlandia y una adolescente que cruzó un océano en un velero para alzar la voz de toda una generación son algunos de los ingredientes que están conformando el ambiente previo a la Conferencia de la Partes COP25 que se realizará en Chile en diciembre.

Pero a la vuelta de las celebraciones del 18, específicamente el próximo lunes 23 de septiembre, en medio de la Asamblea General de Naciones Unidas, los presidentes reunidos destinarán ese día a la Cumbre del Clima. Su Secretario General, António Guterres, llamó a los líderes de las naciones del planeta a presentar planes ‘concretos y realistas’ para mejorar sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) de aquí a 2020. La gran meta es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 45%, en los próximos 10 años, pero llegar a cero para 2050. Hoy el mundo no está ni cerca de ese objetivo.

Las expectativas

Con el Acuerdo de París, en 2015, el mundo se puso la meta de detener el aumento de la temperatura promedio del planeta en 2 ºC. Para ello se fijó un mecanismo en que cada país se compromete a tomar medidas (verificables) para alcanzar ese fin. Eso son las NDC. Pero poco después de ese gran hito ya se sabía que lo comprometido no alcanzaba, por lo que la ambición de los recortes de emisiones debía aumentar.

El año pasado, el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) publicó un informe que estremeció los ánimos. La diferencia entre detener el alza de la temperatura en 2 grados en vez de en 1,5 es, literalmente, de vida o muerte. La extinción masiva de especies o 10 centímetros más de aumento del nivel del mar son solo parte del contraste entre uno y otro.

Por ello el llamado al aumento de la ambición y de acciones concretas de António Guterres. Si bien nada de lo que se acuerde en la cumbre será vinculante o determinará lo que pase luego en la COP25, lo que se comprometa sí podría moldear los ánimos de la negociaciones.

‘La cumbre de Nueva York es un encuentro clave en el camino hacia la COP25, que nos permitirá avanzar en enfrentar este desafío que tenemos como humanidad’, dice Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente.

No se convocaba a una cumbre de esta envergadura asociada a cambio climático desde 2014, previo a la firma del Acuerdo de París.

‘Por lo tanto, es un hito de enorme importancia para la acción climática’, agrega.

‘Porque estamos en una situación de urgencia para aumentar la ambición, lo que pidió el Secretario General son acciones y no discursos’, dice Maisa Rojas, coordinadora del grupo de científicos y miembro del Comité Presidencial de la COP25, y directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.

Lo que permitió el informe del IPCC fue ‘ponerse las pilas’, agrega la científica. ‘La reunión de Naciones Unidas va a instalar el tono de conversación de la COP, pero además le debería dar un piso. Si llegan muchos países con compromisos ambiciosos, en diciembre se podrá cosechar’, opina.

Acciones extras

Maisa Rojas es parte del comité científico, un grupo de especialistas internacionales que está trabajando para el 23 de septiembre. La tarea encomendada es reunir todo lo que la ciencia ha publicado el último tiempo sobre el cambio climático para entregárselo a las altas autoridades, incluidos los presidentes, y así incentivar los compromisos.

Pero no es el único grano de arena que está aportando el país. ‘La coalición de ambición en la mitigación, liderada por Chile, busca movilizar transversalmente a todos los actores, tanto estatales como no estatales, en la acción climática y el aumento en la ambición en la mitigación’, dice la ministra Schmidt. Esta es una de las nueve líneas de acción que Naciones Unidas definió y que están lideradas por 19 países.

Si bien lo que pase en Nueva York no puede alterar la agenda de la COP25, sí sería positivo, asegura Eduardo Sanhueza, consultor internacional en cambio climático y desarrollo, e investigador asociado de iEarth de la U. Adolfo Ibáñez.

‘Las negociaciones que se llevarán a cabo en diciembre vienen por su propio carril y es demasiado difícil incluir algo nuevo. Si se logra, debe ser con mucha anticipación’, explica. ‘Aun así, lo que se comprometa en Naciones Unidas puede facilitar un cambio de actitud’, dice.

Al día siguiente de la cumbre, Chile realizará un ‘side event’ sobre océanos y ciencia. Coordinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en la cita expondrán la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt; el ministro de Ciencia, Andrés Couve; el canciller, Teodoro Ribera, y el enviado especial de Naciones Unidas para los Océanos, Peter Thomson.

Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]