Hoja de ruta al 2050: El camino que fija el Gobierno para la transición energética

  • La «Agenda del segundo tiempo para la transición energética», presentada por el Ministerio de Energía, contempla diez medidas en distintos ámbitos. Pero algunos sectores critican la falta de iniciativas de corto plazo.

Como un avance y un diagnóstico muy completo de la situación de Chile y los desafíos que tiene para relevar el papel de las energías renovables (ER) y alcanzar las metas de descarbonización ha sido calificada, en general, la Agenda del segundo tiempo para la transición energética», presentada por el Ministerio de Energía. No obstante, persisten algunas preocupaciones en el sector, especialmente en lo referido a la forma de abordar los problemas actuales del sistema.

El documento se inserta en los objetivos de largo plazo consensuados a través de la Política Energética Nacional y la Ley Marco de Cambio Climático, entre otros compromisos, propendiendo a una matriz eléctrica con un 100% de energías limpias antes de 2050.

La Agenda contempla cuatro pilares de acción. El primero apunta a promover el almacenamiento, anunciando que se actualizarán las regulaciones del Sistema Eléctrico Nacional (SEN); se determinarán subestaciones estratégicas con áreas de resguardo para infraestructura de almacenamiento, y se elaborará una guía técnica de evaluación ambiental para dichos proyectos.

Acciones mitigatorias y obras urgentes

El segundo eje, mitigación de riesgos a suministradores, anuncia un ajuste del sistema de compensación del impuesto a las emisiones, específicamente y en lo inmediato, se elimina el sistema de compensación tipo B del impuesto verde. También incluye la modernización de las licitaciones de suministro de clientes regulados.

El tercer eje, flexibilidad operacional, considera revisar los mínimos técnicos de centrales térmicas y la modernización del SEN, promoviendo su digitalización.

Finalmente, el cuarto pilar de acciones políticas, regulatorias y obras urgentes incluye el proyecto de ley de transición energética para agilizar los proyectos de transmisión. Asimismo, contempla desarrollar un plan de descarbonización, con una hoja de ruta al 2030, y un proceso open season para recibir propuestas de obras de expansión del sistema de transmisión.

Solo mediano y largo plazo

Álvaro Lorca, profesor de ingeniería eléctrica de la Universidad Católica, valora el diagnóstico que hace la Agenda «en muchos aspectos que hay que mejorar, y especialmente en uno muy critico, que es cómo valorizar adecuadamente los activos de almacenamiento energético», afirma.

Ha sido la Asociación Chilena de Energias Renovables y Almacenamiento (ACERA) la que ha criticado más enfáticamente la propuesta. Su directora ejecutiva, Ana Lía Rojas, valora que «la agenda del gobierno reconozca que enfrentamos una crisis en el sector de las ER y que esta debe ser abordada» pero cuestiona que las medidas apunten mayoritariamente al mediano y largo plazo. «Muchas empresas de energías renovables no convencionales (ERNC) se encuentran hoy en una situación financiera muy delicada. Falta una comprensión más profunda de la crisis del sector, un consenso sobre sus causas, y a partir de ello, definir soluciones de corto plazo que hagan viable la industria», afirma.

Rojas se refiere asi a las dificultades que están enfrentando las empresas debido a que, por el déficit de almacenamiento y transmisión, hay horas del día en que se produce un exceso de oferta de energía solar y eólica, y debido al mecanismo de fijación de precios, en esas horas su valor baja a cero perjudicando a las generadoras.

«Es un problema importante del mercado eléctrico -afirma Alvaro Lorca- pero no estoy de acuerdo con cambiar las reglas de fijación de precios, que traería otros problemas. Muchas empresas cometieron errores de planificación, manejaron mal los riesgos. Obviamente es una situación delicada y como país tenemos que ayudar a que estas compañías sobrevivan este remezón, porque si no, va a generar mayores distorsiones en el mercado eléctrico, pero ese no creo que sea el camino».

Fuente: El Mercurio