[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» google_fonts=»font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» text=»Energía marina: Una industria con potencial» font_size=»lg:32″][vc_column_text]
La energía marina ha sido la fuente de generación renovable más inmadura hasta ahora. Pero en Chile ya se están dando los primeros pasos para impulsarla a través de distintos prototipos e ideas. Así, con retos y objetivos, el futuro para este tipo de energía se proyecta auspicioso.
Gracias a los más de 4 mil kilómetros lineales de costa con los que cuenta Chile de norte a sur, los mares se erigen como una fuente prometedora a la hora de generar energía, cuyo potencial ha comenzado a ser explorado recientemente.
Países como Francia, Canadá y Reino Unido ya trabajan en la producción de este tipo de energía dada la fuerza de las olas y de las corrientes hace años, pero sigue siendo la energía renovable más inmadura hasta ahora. Según la literatura, existen múltiples fuentes de energía en los mares. Entre las más conocidas están las energías de las olas (undimotriz) y de las mareas y corrientes, aunque también es posible extraer energía de las diferencias de temperatura del agua entre el fondo marino y la superficie, así como también de las corrientes de viento disponibles mar adentro. Para el director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Darío Morales, esta multiplicidad de fuentes energéticas y sus distintos comportamientos en todo el planeta, se ha traducido en que aún no se haya logrado converger hacia una única familia tecnológica, que permita masificar el uso de la energía de los mares.
‘Esta convergencia tecnológica, que sí han alcanzado otras fuentes renovables, permite aprovechar las economías de escala, tanto en la inversión en I+D para aumentar progresivamente su eficiencia técnica, como en la fabricación de los dispositivos para aumentar su eficiencia económica», dice el especialista.
En el Centro de Investigación e Innovación en Energía Marina (Meric) tienen un diagnóstico similar y afirman que a nivel global, la energía marina aún no ha alcanzado un estadio comercial. Incluso, algunos dispositivos están en la última etapa de desarrollo precomercial.
Y es que dentro de las principales limitaciones que tiene el desarrollo de la energía marina, especialmente en Chile, está el costo, que implica el despliegue de las tecnologías en el mar, situación que hace que el costo final de la electricidad entregada no sea competitivo.
Así lo cree Gloria Maldonado, directora ejecutiva de Meric, quien señala que desde el punto de vista técnico, el principal desafío es el despliegue de proyectos en el mar, además de diseñar una tecnología que logre permanecer en el agua 10, 150 30 años con un mínimo de mantenimiento, en el contexto de un proyecto sustentable. «En particular, Chile es un país de extremos, característica que debe ser tenida en cuenta al momento de ingresar o desarrollar estas tecnologías. Con tsunami, terremotos, tormentas marinas, gran biodiversidad, angosta plataforma marina, entre otros factores, el proceso de adaptación de las tecnologías a las condiciones del país es esencial para el despliegue exitoso de un proyecto», señala la líder de Meric.
Primeros pasos en Chile
Tras este escenario, tímidos han sido los pasos que ha dado Chile a la hora de impulsar este tipo de energía. Pero hay distintas iniciativas llevadas adelante tanto por la industria como por la academia, las que aún están en etapa de prototipo. Una de ellas es el equipo de Energía Olamotriz BAM II, ubicado en el Muelle Barón, en Valparaíso, orientado a generar energía mecánica de rotación a partir de las olas.
«Este prototipo pesa nueve toneladas aproximadamente y tiene una capacidad actual de generación instalada de hasta 3kW. Se conecta a un controlador de carga, el cual se encarga de regular y cargar una batería de ciclo profundo de 48V y 600Ah. Eso sí, la generación dependerá de las condiciones del oleaje. A diferencia del primer prototipo que creamos, este tiene la capacidad de retirar las boyas del agua en caso de alguna tormenta o para realizar mantenciones, facilitando su movilización», comentó en una oportunidad Werner Jakob, gerente general de Maestranza Diesel, compañía a cargo del proyecto, y quien agregó que esta iniciativa representa un importante aporte para conectar a comunidades que aún no cuentan con servicios básicos, como la electricidad.
Otro de los esfuerzos en esta materia pertenece a la empresa Enel Green Power, la cual adquirió el primer convertidor a escala completa de energía de las olas para el país.
El convertidor de 14 metros de largo y 10 toneladas de peso, diseñado para operar en el océano desde los 20 metros de profundidad, permitirá convertir la energía undimotriz en energía eléctrica que se almacenará en un sistema de baterías de 50 KWh. El dispositivo también posibilitará estudiar la generación de energía proveniente del mar y su impacto social y ambiental en condiciones oceánicas reales y desafiantes en la costa chilena.
En la academia tampoco se quedan atrás. Hace casi 5 años nació Meric, el primer centro de investigación de excelencia de energía marina en América Latina asentado en Chile gracias a un proyecto de Corfo y el Ministerio de Energía, y cofundado por Enel Green Power Chile y Naval Energies, entre otros actores.
Desde el propio centro sostienen que su principal objetivo apunta a acompañar la validación de desarrollos tecnológicos de terceros y no desarrollar dispositivos de recolección de energía. «Somos tecnológicamente neutros y abiertos a colaborar con todo tipo de tecnología, ya sea de recolección de energía marina, o de otra energía que busque desplegarse en el mar, como la eólica y solar flotantes», aclara Maldonado.
En su corta trayectoria, el trabajo de Meric ha permitido acelerar la inserción de tecnologías de energía marina renovable en el país. Ello, de acuerdo a la representante del centro, tiene como fin crear las bases que faciliten la articulación de la industria chilena de energía marina renovable.
Entre sus proyectos a futuro, -comentan en el organismo- destaca el desarrollo de alianzas comerciales con los más grandes centros tecnológicos mundiales en energía marina. La idea, plantean, es articular una oferta robusta que permita abordar las necesidades de la industria, desde la ciencia básica a la más aplicada.
¿Cuáles son las perspectivas para esta alternativa energética? Dado el avanzado desarrollo de las energías renovables en el país, que ya alcanzan el 20% de la matriz energética, se prevé un futuro auspicioso para este sector. Esto, tomando en cuenta la meta que se ha trazado el país de alcanzar la carbono neutralidad hacia el año 2050. Y concretamente, en Acera indican que los desafíos para la implementación de la energía marina en Chile son varios. En este sentido, el director de Estudios de la entidad asegura que es fundamental que los países avancen en un mejor conocimiento del entorno, en el cual se van a desarrollar los proyectos de energía de los mares. «Es necesario investigar el desarrollo de nuevos materiales que resistan los embates de los océanos, con adecuados costos de fabricación y mantenimiento, entender cómo esos materiales se deterioran, si promueven o resisten el biofouling, nuevos sistemas de anclajes, entender cómo los dispositivos interactúan con el ecosistema marino, con las comunidades, comprender los aspectos legales y un sinfín de retos», explica Darío Morales, añadiendo que aprovechar la energía de los mares no sólo es factible en el mediano y largo plazo en nuestro país, sino que además es una necesidad.
Fuente: Nueva Minería y Energía[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]