[vc_row][vc_column][tm_heading style=»thick-separator» tag=»h5″ custom_google_font=»» google_fonts=»font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» text=»Desarrollo regulatorio y tecnológico serán claves para la descarbonización» font_size=»lg:32″][vc_column_text]
Expertos apuntan a que existen desafíos más allá de las importantes inversiones en infraestructura para lograrlo.
Hoy se presentarán las conclusiones del estudio encargado por Acera a la consultora SPEC, en el que se analizan las diferentes condiciones de las que se debe hacer cargo el sistema eléctrico para poder hacer efectivo el tránsito hacia el sistema 100% renovable que se busca implementar. Una de las principales conclusiones a las que llegaron los investigadores señala que es fundamental que el sistema local avance hacia una normativa que acompañe la nueva generación, considerando que lo conocido hasta el momento está diseñado para tecnologías que van perdiendo participación, como la hidroelectricidad y la producción térmica.
‘Hay que entender las señales que el mercado tiene que entregar para enfrentar el desafío de la descarbonización, este proceso debe venir acompañado de nueva tecnología, pero el sistema no fue pensado en esas tecnologías. Hay que darle un nuevo enfoque, mutar a un diseño de segunda generación con pequeños detalles que son súper relevantes y que permitirán el desarrollo de nueva tecnología’, sostiene el fundador de Spec, Carlos Suazo. La investigación apunta a que el desarrollo futuro de la matriz eléctrica estará impulsado por fuentes renovables, con una alta participación de las energías solar y eólica durante el período 2022-2030, y tecnología de base como concentración solar y almacenamiento en el horizonte 2030-2040.
Los análisis realizados muestran que se requieren sobre 7.000 MW de obras de generación y 1.100 MW de almacenamiento, adicionales a los 10.000 MW en proyectos actualmente en construcción, prueba o desarrollo, para adaptar el parque de forma eficiente hacia el año 2025. Pero junto con esta infraestructura se requiere asegurar la presencia de gas natural para todo el año, incentivar la incorporación de almacenamiento y una mayor flexibilidad de la generación hídrica. ‘Es técnicamente factible avanzar en un cierre progresivo de centrales a carbón probablemente hacia el 2030, y posteriormente, un cierre de centrales de gas y diésel hacia el 2035-2040. Para esto se requiere desarrollar infraestructura renovable, pero también cómo hay que incentivar el desarrollo de renovables 24/7, el almacenamiento, el sistema de transmisión; el Coordinador Eléctrico tendrá que tomar medidas’, explica el director de estudios de Acera, Darío Morales.
En casos profundos de descarbonización, donde se retiran adicionalmente las centrales a gas y diésel, los resultados indican que no solo se requiere un mayor y más acelerado desarrollo de capacidad de reemplazo, sino también del incentivo de una participación activa de la demanda en la flexibilidad del sistema para gestionar eventos esporádicos de muy baja disponibilidad eólica y solar, a fin de procurar mantener un sistema eficiente sin sobrecostos. Morales agrega que actualmente existe una brecha regulatoria importante, por lo que es fundamental impulsar la institucionalidad en investigación y desarrollo, ‘ya que Chile es de los pocos países que se está viendo enfrentado a desafíos de esta naturaleza, con una alta penetración de renovables variables, estamos en la frontera del desarrollo tecnológico’.
Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=»lg:30″][/vc_column][/vc_row]